Utilizar a los perr
os en la lucha contra la violencia de género parece raro y difícil, pero no lo es. La cuestión está en que el animal sepa interpretar cuando hay un caso de violencia de género.
Según cuentan los adiestradores, este trabajo comienza desde que el perro es un cachorro. Los perros son adiestrados desde que son cachorros para que sepan interpretar cuando hay un caso de violencia de género.
Se busca que el perro no provoque daños graves sobre el agresor sino que actúe de barrera. «En principio es que la mujer tenga una relación con el perro y el simple hecho de sacarlo a pasear, de estar con él, estar en contacto, esto le da ya seguridad a ella y damos un pasito adelante. Luego el trabajo específico para tratar de repeler una agresión lo hacemos con un bozal especial y de momento nos está dando muy buenos resultados y las mujeres van muchísimo más seguras», explica Angel Mariscal, de la empresa ‘Security Dogs’.
Esta iniciativa, que de momento es un piloto pero cuyos resultados están siendo espectaculares según los instructores, ha recibido ya el interés de muchos ayuntamientos. «Hasta ahora estamos trabajando con los ayuntamientos y las asociaciones que nos lo están pidiendo de una forma totalmente altruista y lo que se hace es poner a disposición de esa mujer maltratada unos animales de acuerdo con sus necesidades y con una formación específica», aclara Emilio de Benito, también de ‘Security Dogs’. El mismo Mariscal es el que aclara que el perro no provoca daños graves sobre el agresor: «No pretendemos de ninguna manera agredir a la persona que está intentando agredir a la mujer, sí que sea una barrera que sea difícil franquear para llegar a ella. Con un solo golpe sería capaz de reducir a una persona sin causarle lesiones graves». Se entrena al animal para que se abalance con un bozal sobre el agresor y le derribe con el golpe.
Seguridad, explosivos y ahora violencia de género. La ayuda de estos animales va desde lo más ordinario hasta lo más extraordinario.